Practicar la mediación, es apostar por culturas de paz, por estructuras de justicia y por el impulso positivo de la convivencia en los centros. Además es fomentar el manejo adecuado de los conflictos, la capacidad para tomar decisiones, etc.
Como esto no es algo que simplemente se produzca con el tiempo, ha de enseñarse y practicarse, y que mejor lugar que la escuela, el instituto.
Optar por esta fórmula es dotar al alumnado de un «equipaje imprescindible» para formarse y crecer como persona, «un kit de supervivencia» utilísimo para manejarse en la vida.
En infantil también es posible la mediación, en este caso el profesorado ejercería de mediador.
Los pasos que sigo en este modelo son los que aporta Barbara Porro en «La resolución de conflictos en el aula» (un libro que, está descatalogado actualmente).