Los oídos no sirven de nada a un cerebro sordo
Proverbio árabe
27 Ene 2017 Deja un comentario
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
Poema s XIII. Rumi.
05 Ene 2015 Deja un comentario
en F.Emociones, F.Sicología.positiva
La metáfora del anfitrión cortés, que puede conseguir que sus huéspedes se vayan más felices que llegaron, invita a aceptar nuestras emociones y sentimientos con amabilidad afectuosa.
El ser humano es como una casa de huéspedes.
Cada mañana, una nueva llegada:
una alegría, una tristeza, una mezquindad,
alguna consciencia momentánea,
llega como un visitante inesperado.
¡Dales la bienvenida y acógelos a todos!
Aunque sea una multitud de pesares
que arrasan violentamente tu casa
y la vacían de sus muebles.
Trata, no obstante,a cada huésped de manera honrosa
pues acaso te esté purificando
para algún nuevo deleite.
Al pensamiento sombrío, la vergüenza, la malicia,
recíbelos con una sonrisa
e invítalos a entrar.
Se agradecido con cualquiera que llegue,
pues todos han sido enviados
como guías desde el más allá.
La metáfora del anfitrión cortés, que puede conseguir que sus huéspedes se vayan más felices que llegaron, invita a aceptar nuestras emociones y sentimientos con amabilidad afectuosa.
La loca de la casa.
05 Ago 2014 1 comentario
en F.Sicología.positiva, V.Psicología.positiva
«La imaginación es la loca de la casa». Santa Teresa de la Cruz.
Esta frase se refiere al discurso interminable de nuestros pensamientos.
Este diálogo interno, en palabras de Vicente Simón «cavilación incesante» dificulta nuestra concentración y el disfrute del momento presente.
Un ejemplo puede ser este vídeo.
Compasión. Dalai Lama 14th.
19 Jul 2014 Deja un comentario
Si quieres que otros sean felices practica la compasión, si quieres ser feliz tú practica la compasión. Dalai Lama Tenzin Gyatso.
Cuento Zen: El arquero.
28 Nov 2012 Deja un comentario
en F.Sicología.positiva, F.Valores.ddhh
Cuento que nos hace reflexionar sobre, la superación personal, la confianza en uno mismo y sobretodo la humildad.
“Tras ganar varios concursos de arquería, un arrogante y joven campeón retó a un reconocido maestro zen en el arte del arco.
Con su primer disparo el joven dio en pleno centro de la diana; su siguiente flecha partió en dos la primera.
– ¡A ver si eres capaz de igualar eso! – le dijo al maestro.
Inalterable, el anciano en lugar de sacar sus flechas invitó al joven a que le siguiera hacia lo alto de una montaña. Pararon al llegar a lo alto de un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco.
El maestro caminó tranquilamente hasta el centro del tronco, eligió a lo lejos un árbol como blanco y disparó un tiro limpio y certero.
– Ahora es tu turno, joven campeón – dijo el anciano mientras saltaba serenamente a tierra firme.
Ante el pavoroso precipicio, el joven fue incapaz siquiera de dar un paso sobre el tronco y menos aun lanzar una flecha.
– Eres muy hábil con el arco- expresó con amabilidad el maestro- pero tu mente es débil y hace a tus flechas siervas de tus temores.
Desplazamientos llenos de vida.
22 Nov 2012 Deja un comentario
En este fragmento de La ciudad de los niños, Frato nos relata como transcurren los desplazamientos en la ciudad. Lo subrayado es una ejemplo de vivir el momento con atención plena (vivir intensamente el presente).
Este texto es un filón, para reflexionar sobre como vivimos los tiempos en que nos desplazamos por la ciudad con niños, y aprender de la manera de absorber, vivir, anclarse al presente que tienen los pequeños.
«Nuestros desplazamientos, cada vez más a menudo, son traslados, pasos de un punto a otro, dirigidos a un objetivo, por tanto proyectados al futuro, ligados a una función. Distraídos por estas preocupaciones intentamos llegar en el menor tiempo posible al lugar de destino.
Los niños se comportan de manera totalmente diferente. Viven sus desplazamientos como una sucesión de momentos presentes, cada uno importante en sí mismo, cada uno digno de una parada, de una sorpresa, de un contacto. Y entonces los tiempos se alargan, los bolsillos de los niños se llenan de piedras, de hojas, de papeles, y la mente se llena de imágenes, de preguntas, de nuevos descubrimientos. Y todo está junto: lo hermoso, lo nuevo, lo general y lo particular.
Esto suele ser causa de incomprensión por parte de los mayores que recomiendan neciamente: “¡No te detengas a cada momento!”, “¡No pierdas el tiempo!”, sin darse cuenta de que es precisamente perdiendo el tiempo como nos hacemos mayores».
La ciudad de los niños. Francesco Tonucci.
Los años
21 Nov 2012 Deja un comentario
en F.Sicología.positiva Etiquetas:joaquín sabina
Lo bueno de los años es que curan heridas.
Canción “Siete Crisantemos”. Disco “Esta boca es mía”
Joaquín Sabina
Ser feliz (Sor Lucía Caram)
18 Abr 2012 Deja un comentario
Cualquiera que ame y se sienta amado puede ser feliz (Sor Lucía Caram)
La crisis como oportunidad para mejorar
17 Abr 2012 Deja un comentario
en F.Sicología.positiva Etiquetas:convento santa clara, lucía caram, sor, una oportunidad
La teoría positiva del conflicto aplicada a la crisis actual, vista por Sor Lucía Caram, teóloga y dominica contemplativa del Convento Santa Clara de Manresa. Bloguera, y promotora de numerosos proyectos sociales para personas sin recursos, sor Lucía Caram es, ante todo y sobre todo, una mujer feliz.
Dice: «La crisis es una oportunidad para valorar lo que queremos. No podemos seguir ignorando lo que le pasa al de al lado y destrozando el planeta. De esta crisis vamos a salir más humanos«
ODA. Fernando Pessoa
29 Nov 2011 1 comentario
en F.Educación, F.Sicología.positiva
ODA
«Para ser grande, sé entero: nada
tuyo exagera o excluye.
Sé todo en cada cosa.
Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas.
Así en cada lago la luna toda
brilla, porque alta vive.»
Odas de Ricardo Reis. Oda XXVIII. Fernando Pessoa.
Hacer lo que nos gusta, gustar lo que hacemos
27 Dic 2010 1 comentario
Lo que convierte la vida en una bendición no es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos (Goethe)
Conocer la humanidad
02 Dic 2010 Deja un comentario
La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.
(Gustavo Flaubert)